En el marco de los Seminarios ceiA3 – Innovagro, el investigador de la Universidad de Huelva Carlos Vílchez Lobato, cuyo grupo de investigación está adscrito al ceiA3, ha abordado los beneficios de las microalgas y sus diferentes aplicaciones así como los retos que supone su producción e incorporación en la alimentación de animales y humanos.  

El investigador del grupo ‘Biotecnología de Algas’ de la Universidad de Huelva y vinculado al ceiA3, Carlos Vílchez Lobato, ha participado esta semana en una nueva edición de los seminarios que periódicamente organizan el ceiA3 y la Red Internacional de Innovación Agroalimentaria Innovagro, donde el ceiA3 a través de su presidente y rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, ocupa el cargo de vicepresidente de la región Europa de la Red desde el año pasado.   

Este foro, que reúne a expertos de todo el continente americano y europeo, ha servido para reflexionar sobre cuestiones como las propiedades beneficiosas que tienen las microalgas como suplemento alimenticio; su potencialidad para el desarrollo del sector ganadero, al ser un recurso de producción continua y estable; sus propiedades incluso para la salud por sus componentes bioactivos; o los factores que pueden condicionar su demanda en la alimentación (crecimiento de población, precios del grano, aspectos de seguridad y salud alimentaria y aspectos ambientales).

Como ha afirmado Carlos Vílchez, “las microalgas son un recurso natural renovable, rico en proteína, vitaminas y minerales, adecuado como suplemento en alimentación humana y animal”.

No obstante, la introducción de estos organismos vivos como un elemento habitual en las dietas aún debe superar algunos retos, que el propio investigador planteó durante su intervención en el seminario. “Su aceptación en los hábitos sociales de los consumidores, el abaratamiento en los costes y mejora de producción, el incremento de su presencia en el mercado o el incremento de su presencia en el mercado, son algunos de ellos”, ha destacado Vílchez.

Finalmente, y dada la vocación internacional de este seminario, el investigador ha planteado la oportunidad que podría presentar una colaboración con Iberoamérica en la producción algal, al tratarse de una zona óptima por sus condiciones climáticas y otros factores.

Metodologías para cultivo de microalgas

El científico Carlos Vílchez está trabajando actualmente en dos proyectos que están en su fase final. Uno de ellos denominado ‘Adaptación y geomicrobiología de comunidades microbianas litobiónticas en ambientes hiperáridos y sus metabolitos: recursos en biotecnología», cuyo investigador principal es el Dr. Jacek Wierzchos del Museo de Ciencias Naturales del CSIC, y que ha sido financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.  

Éste, en palabras del investigador, “nos ha permitido aprender y colaborar en el aislamiento y producción, en laboratorio, de microorganismos fotosintéticos que habitan ambientes muy extremos de aridez y temperatura”. 

Los microorganismos capaces de crecer en condiciones de extrema aridez suponen una oportunidad para la generación de biomasa en ambientes donde la vida es muy difícil.

El otro proyecto denominado «Multi-product Integrated bioRefinery of Algae: from Carbon dioxide and Light Energy to high-value Specialties» (MIRACLES), del que es responsable el Dr. Hans Reith de la Universidad de Wageningen, es un trabajo cooperativo con socios de diferentes centros de investigación y empresas europeos.

Cualquier aplicación de las microalgas pasa por su producción sistemática, rápida y eficiente. “El proyecto Miracles ha posibilitado participar en el desarrollo de metodologías novedosas para el cultivo de microalgas, en particular, su producción en reactores de espuma”, ha asegurado Vílchez. 

 “El uso de surfactantes y de sistemas de cultivo adecuados permite producir biomasa algal en espumas estabilizadas, combinando ahorros de agua y energía con una mayor eficiencia en el uso de la luz por parte de las microalgas en el cultivo. Los ahorros en costes energéticos y en el recurso agua son claves para conseguir una producción algal más económica y sostenible”, ha concluido el investigador.